Capítulo 1. Una noche dura.
"El juego. Dicen que hay personas con madera para participar y otras sin ella. Mi madre era una de las mejores. Yo, en cambio, la he cagado. Como decía, la he cagado.
No se me ocurre ninguna razón por la que quiera ser cirujana, pero se me ocurren miles para pensar en dejarlo. Te lo ponen difícil a propósito, sus vidas dependen de ti. Llega un momento en que es mucho más que un juego. O das un paso adelante, o te das la vuelta y te marchas. Podría dejarlo, pero pasa una cosa: que me encanta el terreno de juego."
Meredith Grey.
Capítulo 2. El primer corte es el más profundo.
"Todo se reduce a unos muros: el que debo saltar para acabar mis prácticas, el que debo sortear para poder entrar en un quirófano, y luego, está el más importante: el que te separa de la gente con la que trabajas. No ayuda coger confianza, ni hacer amigos. Debes levantar un muro que te separe del resto del mundo. Cierta gente es demasiado peligrosa. Todo se reduce a unos muros, que levantas con arena, rogando que nadie los salte.
En algún momento hay que decidirse. Los muros no mantienen a los demás fuera, sino a ti dentro. La vida es un caos. Somos así. Puedes pasarte la vida levantando muros. O puedes vivirla saltándolos. Aunque hay algunos muros demasiado peligrosos para cruzarlos. Lo único que sé es que si finalmente te aventuras a cruzar, las vistas al otro lado son fantásticas."
Meredith Grey.
Capítulo 3. Una batalla ganada, una guerra perdida.
"Vivimos nuestras vidas en la Unidad de Cirugía. Siete días a la semana, catorce horas al día, estamos juntos más de lo que estamos separados. Después de un tiempo, lo que ocurre en ese período, se convierte en tu vida. En primer lugar, mantente en guardia. En segundo lugar, haz lo que sea para burlar al enemigo. En tercer lugar, no trabes amistad con el enemigo. Oh, claro, en cuarto lugar, todo, todo, es una competición. Quien dijo que ganar no lo es todo, nunca cogió un bisturí.
Hay otra forma de sobrevivir a la competición, una de la que nadie parece hablarte, debes aprenderla por ti mismo. En quinto lugar, no es una carrera, en absoluto, no hay ganadores ni perdedores. Las victorias se cuentan por el número de vidas salvadas. Y de vez en cuando, si eres listo, podrás salvar tu propia vida."
Meredith Grey.
Capítulo 4. Tierra de nadie.
"Intimidad es una palabra que significa 'aquí están mi corazón y mi alma: pícalos hasta hacer una hamburguesa y disfrútalos'. Es algo deseado y temido. Es difícil vivir con ella, e imposible vivir sin ella. La intimidad también está ligada a tres cosas en la vida: los parientes, el amor y los compañeros de piso. Hay cosas de las que no puedes escapar y otras que no quieres saber.
Ojalá hubiera un reglamento para la intimidad, una guía donde se explique cuándo se traspasan los límites. Estaría bien saber cuándo lo haces, aunque no sé si podrías lograrlo. Intimas cuando te lo permiten, y sigues mientras te dejan. En cuanto a las normas, quizá no haya ninguna. Quizás sea uno mismo quien tenga que definirlas."
Meredith Grey.
Capítulo 5. Mueve tus caderas.
"¿Recuerdas cuando eras pequeño, que tu única preocupación era si te regalarían una bici para tu cumpleaños o si te dejarían desayunar galletas? Ser adulto está sobrevalorado. No te dejes engañar por unos zapatos bonitos o por el sexo, o por no tener a tus padres diciéndote lo que tienes que hacer. Ser adulto es una responsabilidad. La responsabilidad es un verdadero asco. Verdaderamente es un asco. Los adultos siempre tienen mucho que hacer, ganarse la vida y pagar el alquiler. Y si estás en prácticas para ser cirujano, tienes que coger un corazón con tus propias manos. Eh, estamos hablando de responsabilidades. Esto hace que las galletas y las bicis sean muy apetecibles. Lo que más miedo me da de la responsabilidad es cuando lo estropeas todo y dejas que resbale de tus manos.
La responsabilidad es un verdadero asco. Por desgracia, cuando has pasado la época de los aparatos correctores, la responsabilidad se queda contigo. No puedes escapar. O alguien nos lo hace comprender o sufrimos las consecuencias. Aunque la madurez tiene sus ventajas. Me refiero a los zapatos bonitos, al sexo, a no tener padres diciéndote qué hacer. Eso, está muy bien."
Meredith Grey.
Capítulo 6. Si mañana nunca llega.
"Hace dos siglos, Benjamin Franklin reveló al mundo el secreto de su éxito: 'Nunca dejes para mañana -dijo- lo que puedas hacer hoy'. Él descubrió la electricidad. La gente debería prestar atención a las cosas que dijo. No sé por qué siempre posponemos todo, pero si tuviera que adivinarlo diría que tiene mucho que ver con el miedo. El miedo al fracaso, el miedo al dolor, el miedo al rechazo. A veces es miedo a tomar una decisión. Porque, ¿y si te equivocas? ¿Y si cometes un error sin solución? Sea lo que sea lo que nos da miedo, una cosa es cierta: cuando el dolor de no hacer algo es más insoportable que el del miedo a hacerlo, es como si cargáramos con un tumor gigante. ¿Creíais que hablaba metafóricamente?
'El pájaro más rápido atrapará al gusano'. 'Una decisión a tiempo salva vidas'. 'Quien duda está perdido'. No podemos fingir que no nos lo dijeron, todos hemos oído los proverbios, a los filósofos, a nuestros abuelos advirtiéndonos sobre el tiempo perdido. Hemos oído a los poetas malditos instándonos a vivir el momento, aunque a veces debemos escucharnos a nosotros mismos. Debemos cometer nuestros propios errores. Debemos aprender nuestras propias lecciones. Debemos dejar las posibilidades de hoy bajo la alfombra del mañana hasta que no podamos más, hasta que comprendamos que por fin lo que Benjamin Franklin quería decir: que es mejor saber que preguntarse, que despertar es mejor que dormir. Y que fracasar o cometer un error enorme es mucho mejor que no haberlo intentado."
Meredith Grey.
Capítulo 7. El botón de autodestrucción.
"El que diga que ya habrá tiempo de dormir cuando te mueras, que venga y hable conmigo después de pasar unos meses como interno. Aunque no es sólo el trabajo lo que nos tiene en vela toda la noche. Si la vida ya es dura de por sí, ¿por qué nos metemos en más líos? ¿Por qué esa necesidad de pulsar el botón de autodestrucción?
Puede que nos guste el dolor. Quizá nazcamos con él. Porque sin él, no sé, quizá no nos sentiríamos reales. ¿Por qué siempre tropezamos con la misma piedra? Porque uno se siente bien cuando deja de hacerlo."
Meredith Grey.
Capítulo 8. Sálvame.
"¿Recuerdas cuando eras pequeña y creías en los cuentos de hadas? Fantaseabas sobre cómo sería tu vida, con un vestido blanco y tu príncipe azul llevándote a su castillo sobre las colinas. Por la noche te echabas en la cama, cerrabas los ojos y te abandonabas a tu fe. Santa Claus, el Ratoncito Pérez, el Príncipe Azul: estaban tan cerca que los saboreabas. Pero vas creciendo, y un día abres los ojos y los cuentos de hadas han volado. La mayoría de la gente acude a aquellos en quienes confía. La cuestión es que es difícil que dejar que los cuentos de hadas desaparezcan. A casi todo el mundo le queda una mínima esperanza de que un día abrirá los ojos y verá que se han hecho realidad.
Cuando el día llega a su fin, la fe es un misterio, aparece cuando menos te lo esperas. Es como si un día te dieras cuenta de que los cuentos no son como exactamente habías soñado. El castillo puede que no sea un castillo. No es tan importante eso de ser felices para siempre, basta con ser felices en el momento. A veces, muy de vez en cuando, la gente puede darte una grata sorpresa. De vez en cuando, la gente te deja sin respiración."
Meredith Grey.
Capítulo 9. Quién controla a quién.
"Los secretos no pueden esconderse ante la ciencia. La medicina es capaz de destapar las mentiras. Entre las paredes del hospital, la verdad sale a la luz. Cómo guardamos nuestros secretos fuera del hospital, eso, es otra cosa. Algo es seguro, sea lo que sea lo que intentemos esconder, nunca estaremos preparados para el momento en que la verdad se desnude. Los secretos como las desgracias nunca vienen solos. Se van acumulando hasta que se apoderan de todo. Hasta que no queda lugar para nada más, hasta que tienes tantos secretos que parece que vas a reventar.
Algo que la gente olvida es lo bien que se siente uno cuando libera sus secretos. Sean buenos o malos, al menos han sido destapados, te guste o no. Una vez que los has destapado, no tienes que esconderte tras ellos nunca más. El problema con los secretos es que, incluso, cuando crees tener todo controlado, no lo está."
Meredith Grey.
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