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domingo, 16 de agosto de 2015

Anatomía de Grey. Temporada 7.

Capítulo 1. Contigo nazco de nuevo.
"Cada célula del cuerpo humano se regenera de media cada siete años, como las serpientes, a nuestro modo, mudamos la piel. Biológicamente somos personas nuevas. Quizá parecemos los mismos, el cambio no es visible, al menos, no en la mayoría. Pero todos cambiamos por completo, para siempre.
Cuando decimos que la gente no cambia, los científicos se echan las manos a la cabeza. Porque el cambio es la única constante en la ciencia. La energía, la materia, siempre están cambiando, metamorfoseándose, fusionándose, creciendo, muriendo. Lo antinatural es que las personas intentemos no cambiar, que queramos aferrarnos a como era todo antes, en vez de dejar que sea lo que es, que queramos aferrarnos a viejos recuerdos en lugar de generar otros, que insistamos en creer que, pese a los indicios científicos, todo en la vida es permanente, el cambio es constante. Cómo vivamos ese cambio depende de nosotros. Puede parecernos la muerte o una segunda oportunidad en la vida. Si nos relajamos y nos dejamos llevar, puede parecernos pura adrenalina, como si en cualquier momento tuviéramos otra oportunidad, como si en cualquier momento pudiéramos nacer de nuevo."
Meredith Grey.

Capítulo 2. Shock al sistema.
"Dicen que los rayos no impactan dos veces en el mismo sitio. Eso es un mito. Lo que pasa es que suelen atinar la primera vez. Una descarga de treinta mil amperios se nota. Puede hacerte olvidar quién eres. Puede quemarte, cegarte, pararte el corazón, y provoca graves lesiones internas. Para ser algo que pasa en milésimas de segundo, te puede cambiar la vida. 
Los rayos no suelen impactar dos veces. Es un hecho realmente único. Aunque parezca que la descarga vuelve una y otra vez, poco a poco, el dolor se irá, se irá pasando el shock, y la herida cicatrizará. Te recuperarás de lo que no pudiste predecir. A veces, la suerte está de tu parte. Si estás en el lugar adecuado, en el momento adecuado, puedes sufrir un revés, y aun así sobrevivir."
Meredith Grey.

Capítulo 3. Bichos raros.
"La mayoría de los cirujanos son unos bichos raros desde su infancia. Mientras los demás niños juegan fuera, nosotros nos encerramos memorizando la tabla periódica, encogidos durante horas sobre los microscopios escolares, diseccionando nuestra primera rana. Imaginad la sorpresa que tuvimos cuando nos hicimos mayores y nos enteramos de que hay más bichos raros aparte de nosotros: los mismos microscopios, las mismas ranas, el mismo impulso de despedazar seres humanos.
Nadie es un bicho raro por que quiere, la mayoría ni se da cuenta de que lo es hasta que es demasiado tarde. Pero por muy bicho raro que seas, al final, es probable que encuentres a tu media naranja, a menos que ya haya decidido pasar página. Cuando se trata de amor, ni los bichos raros pueden esperar para siempre."
Meredith Grey.

Capítulo 4. No puedes enfrentarte a la biología.
"La biología determina cómo vivimos. Desde que nacemos, sabemos respirar y comer. Cuando crecemos aparecen nuevos instintos, nos volvemos territoriales, aprendemos a competir, buscamos refugio, y lo más importante de todo: nos reproducimos. A veces, la biología se vuelve contra nosotros. A veces, la biología es una mierda.
La biología dice que somos quienes somos desde que nacemos, que nuestro ADN está escrito, que es invariable. Aunque el ADN no lo explica todo, somos humanos, la vida nos cambia, desarrollamos rasgos nuevos, nos hacemos menos territoriales, dejamos de competir, aprendemos de nuestros errores, nos enfrentamos a nuestros mayores miedos. Para bien o para mal, siempre encontramos la forma de ser algo más que nuestra biología, el riesgo, claro, es que podemos cambiar demasiado, hasta que casi ni nos reconocemos. Encontrar el camino de vuelta puede ser difícil, no hay brújula, ni mapa, sólo hay que cerrar los ojos, dar un paso y rezar porque lleguemos."
Meredith Grey.

Capítulo 5. Casi adultos.
"Enseñan a los médicos poco a poco, nos ven practicar con ranas, cerdos, cadáveres y luego, con gente viva. Repetimos todo hasta la saciedad. Nos crían como a niños y al final, se ponen una bota y nos echan a patadas del nido. 
Todos queremos crecer, estamos deseándolo, aprovechar las oportunidades que nos brinden, vivir. Estamos tan ocupados intentando salir del nido que no pensamos que hará frío fuera, un frío glacial. Madurar, a veces, significa dejar gente atrás. Y cuando al fin nos tenemos en pie, estamos solos."
Meredith Grey.

Capítulo 7. Lo estoy intentando.
"Pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que una desconocida se desnudó delante de ti, señaló una enorme mancha en tu espalda y te dijo: '¿¡Qué coño es esto!?'. Si eres una persona normal, la respuesta será: 'Espero que nunca'. Si eres un médico, la respuesta probablemente sea: 'Hace cinco minutos'. La gente espera que los médicos tengan todas las respuestas. Lo cierto es que nos encanta creer que tenemos todas las respuestas. Se podría decir que los médicos lo sabemos todo, hasta que pasa algo que nos recuerda que no es verdad. 
Todos buscamos respuestas: en la medicina, en la vida, en todo. A veces, las respuestas que buscábamos estaban ocultas bajo la superficie. Otras veces hallamos las respuestas cuando ni sabíamos que teníamos una pregunta. A veces, las respuestas nos pueden coger por sorpresa. Y, a veces, aunque hallemos la respuesta que buscábamos, aún nos quedan demasiadas preguntas."
Meredith Grey.

Capítulo 8. Por algún lado hay que salir.
"El cuerpo humano está sometido a una fuerte presión. La presión arterial mide la fuerza de la sangre bombeada a través de las arterias. Es importante regular la presión. Una presión baja o inadecuada puede provocar debilidad o un fallo. Y cuando la presión es demasiado alta, aparecen los problemas. Si la presión sigue aumentando, se necesita un reconocimiento más exhaustivo, porque es el mejor indicador de que algo va muy mal.
Todo sistema a presión necesita una válvula de escape. Debe haber un modo de aliviar el estrés, la tensión, antes de que termine siendo insoportable. Debe de haber una forma de descargarla, porque si la presión no haya una salida, lo hará la fuerza: explotará. Y la más difícil de soportar es la que nos imponemos a nosotros mismos, la de ser mejor de lo que somos. La presión de ser mejores de lo que podemos ser, nunca, nunca, cede. Sigue acumulándose, acumulándose, y acumulándose."
Meredith Grey.

Capítulo 9. Una larga y lenta noche.
"Los médicos alardeamos de que somos capaces de dormir de pie, cuando sea, donde sea. Pero es un falso motivo de orgullo, porque trabajar tras veinte horas despierto es como si fueras borracho al trabajo, seas médico o no. Así que no es de extrañar que las negligencias médicas aumenten por la noche, cuando los médicos estamos orgullosos de no tenernos en pie. Recientemente han acabado con nuestro orgullo y nos han herido el amor propio con nuevas leyes que nos obligan a dormir por el día antes de trabajar toda la noche, y no nos hace gracia. Pero como también nosotros podríamos necesitar asistencia médica algún día, deberíamos alegrarnos. 
Bajo el manto de la oscuridad, la gente hace cosas que no haría a la cegadora luz del día. Las decisiones parecen más sabias, la gente se siente más valiente. Pero cuando sale el sol, hay que asumir la responsabilidad de lo que hiciste en la oscuridad, y enfrentarte a ti mismo a la fría luz del día."
Meredith Grey.

Capítulo 10. A la deriva y en paz.
"Las primeras veinticuatro horas tras una operación son críticas: cada inspiración, cada líquido que expulsas se registra y se analiza, se celebra o se lamenta. Pero, ¿y las siguientes veinticuatro horas? ¿Qué pasa si ese primer día se convierte en dos? ¿Y las semanas en meses? ¿Qué ocurre cuando ha pasado el peligro inmediato, cuando desconectan las máquinas y los médicos y las enfermeras ya no están? En la operación, te salvan, pero es en el postoperatorio cuando te curas, pero, ¿y si no te curas?
El objetivo de cualquier operación es la recuperación, salir mejor de lo que has entrado. Algunos pacientes se curan rápido y sienten un alivio inmediato. Para otros la curación llega paulatinamente y tienen que pasar meses o años para que se den cuenta de que no les duele. El reto tras cualquier operación es tener paciencia. Pero si consigues superar los primeros meses, si crees que la curación es posible, puedas recuperar tu vida, aunque es mucho suponer."
Meredith Grey.

Capítulo 11. Desarma.
"Hasta cierto punto la medicina es una ciencia. Los médicos que ven la medicina sólo como una ciencia no te convienen cuando tengas una hemorragia o cuando tu hijo grite de dolor. Los clínicos se guían por las normas, los artistas por su instinto. Los artistas sienten tu dolor y se desviven por detenerlo. En las medidas extremas, acaba la ciencia y empieza el arte. 
La cirugía es extrema: te abrimos el cuerpo, le sacamos partes y volvemos a meter lo que queda. Está bien que la vida no venga con un bisturí, porque si así fuera y nos doliera algo, cortaríamos, y cortaríamos, y cortaríamos. La cuestión es que lo que quitamos con un bisturí ya no vuelve. Así que, como decía, eso es  bueno."
Meredith Grey.

Capítulo 12. Ayúdame a empezar.
"La gente es muy romántica al comienzo de las cosas: empezar otra vez, borrón y cuenta nueva, un mundo de posibilidades. Pero sea cual sea la nueva aventura en la que te embarques, sigues siendo tú. Vuelves a todos los comienzos de tu vida. ¿Tan distinto va a ser? 
Es lo que queremos todos: borrón y cuenta nueva, un nuevo comienzo. Como si eso lo hiciera más fácil. Preguntadle al que empuja la roca ladera arriba. Empezar de cero no es fácil. En absoluto."
Meredith Grey.

Capítulo 13. No me engañes (Por favor, no te vayas).
"Los médicos engañamos constantemente, respondemos con vaguedad a preguntas difíciles, no decimos que el postoperatorio duele, decimos 'notará alguna molestia'. Si no has muerto te decimos que la operación salió bien, pero el placebo es el mayor engaño del médico. A la mitad, les contamos la verdad, con la otra mitad, rezamos para que el placebo parezca real. Y nos convencemos de que se sentirán mejor, creyendo que van a ayudarles, cuando, en realidad, les dejamos morir. 
Los médicos engañamos a diario: a nuestros pacientes, a sus familias. Sobre todo nos engañamos a nosotros mismos, y, por eso, tardamos un tiempo en darnos cuenta de que hemos tenido la verdad frente a nosotros."
Meredith Grey.

Capítulo 14. Bella jovencita.
"Una de las lecciones más duras para un médico es aprender a establecer prioridades. Nos enseñan a salvar vidas a cualquier precio: si el precio exige tomar medidas drásticas, nos enseñan a decidir sin que nos tiemble el pulso. No es una lección fácil de aprender, y siempre se reduce a una pregunta:'¿Cuál es el riesgo?'. ¿Qué podemos ganar o perder? Somos jugadores que intentan no apostarlo todo a una carta. 
La cirugía es un juego de alto riesgo. Pero, por muy altas que sean las apuestas, tarde o temprano, debes dejarte llevar por tu instinto y quizá, sólo quizá, volverás adonde te correspondía desde el principio."
Meredith Grey.

Capítulo 15. Hora de oro.
"¿Qué te da tiempo a hacer en una hora? Un recado quizá, esperar en un atasco, cambiar el aceite. Si lo piensas, una hora no es mucho. Sesenta minutos, tres mil seiscientos segundos. En medicina, sin embargo, muchas veces una hora lo es todo. La llamamos la hora de oro. Es el lapso de tiempo mágico que puede decidir si un paciente vive o muere.
Una hora, una hora puede cambiarlo todo, para siempre. Una hora puede salvarte la vida. Una hora puede hacerte cambiar de opinión. A veces, una hora es un regalo que nos hacemos. Para algunos, una hora puede no ser nada. Para otros, una hora supone una gran diferencia. Pero, a fin de cuentas, sigue siendo una hora. Una de tantas, de tantas más por llegar. Sesenta minutos, tres mil seiscientos minutos, sólo eso. Y vuelta a empezar. Y quién sabe qué nos deparará la próxima."
Meredith Grey.

Capítulo 16. No responsable.
"Todos creen que los médicos son las personas más responsables que conocen. Tienen vidas en sus manos, son de fiar, no les pasan inadvertidos los detalles ni toman decisiones erróneas, porque eso sería malo, ¿no? 
Somos responsables con nuestros pacientes. El problema es que la responsabilidad se nos agota en el trabajo, y en nuestras vidas no pensamos bien las cosas, no tomamos la mejor decisión, ya lo hacemos en el hospital. Cuando se trata de nosotros, no nos queda nada. Y, ¿merece la pena ser responsable? Porque si te tomas tus vitaminas, y pagas tus impuestos, y no te cuelas en las colas, el universo sigue dándote gente a la que querer y luego deja que se te escapen otra vez. ¿Y qué te queda? Vitaminas y nada."
Meredith Grey.

Capítulo 17. Así es como lo hacemos.
"Renegados, infractores, gánsteres con bisturí: así nos gusta vernos. Nos hace sentir peligrosos, sexis. El problema es que no es del todo cierto. En el fondo, somos legales, no nos saltamos el protocolo, lo cumplimos a raja tabla. Porque, si no seguimos el protocolo, nuestros pacientes mueren y ya no somos peligrosos, sino un peligro.
Es el dilema de todo médico: apostar a lo seguro y seguir el protocolo, o asumir los riesgos e inventarse otro. Arriesgarse puede tener su recompensa, pero también su castigo. Aun así hay que tirarse a la piscina de vez en cuando, apostar fuerte. Y cuando obtienes lo que querías, no hay mejor sensación en el mundo. Pero cuando no..."
Meredith Grey.

Capítulo 18. La canción tras la canción.
"El cerebro es el órgano más misterioso del cuerpo: aprende, cambia, se adapta, nos dice lo que vemos, lo que oímos, nos permite sentir amor, creo que sostiene nuestra alma. Por mucho que se investigue, nadie sabe a ciencia cierta cómo funciona esa delicada materia gris dentro de nuestro cráneo. Y cuando sufre daños, cuando el cerebro sufre un traumatismo, entonces, es más misterioso aún."
Caliophe 'Callie' Torres.

Capítulo 19. Un largo camino de vuelta.
"Tras sufrir un trauma, tu cuerpo está muy vulnerable, el período de respuesta es crítico, te encuentras rodeado de gente: médicos, enfermeras, especialistas, técnicos... La cirugía es un deporte de equipo: todos quieren llegar a la meta y recomponerte. Pero la cirugía es un trauma por sí sola, y cuando ha acabado, empieza la curación. Lo llamamos recuperación. La recuperación no es un deporte de equipo, es una carrera de fondo: es larga, es agotadora, y solitaria.
El tiempo de recuperación depende de la gravedad de las lesiones, y no siempre acaba bien, por mucho que nos esforcemos, algunas heridas no cicatrizan. Podrías tener que adaptarte a una nueva vida. Quizá el cambio ha sido muy radical para volver a su ser. Puede que ni te reconozcas, es como si no te hubieras recuperado de nada, eres una persona nueva con una vida nueva."
Meredith Grey.

Capítulo 20. De blanco.
"Gérmenes, enfermedades, toxinas... Nuestros cuerpos se topan con amenazas constantes, bajo la superficie, escondidas. Aunque no te des cuenta, tu cuerpo está protegiéndose continuamente. Cada vez que parpadeas estás limpiando miles de microbios indeseados. Si respiras demasiado polen, estornudarás. El cuerpo sabe cuándo se ha topado con algo que no le pertenece. El cuerpo detecta al invasor, libera sus leucocitos, y ataca.
Justo cuando creemos que lo tenemos todo claro, el universo nos desafía. Tenemos que improvisar. Encontramos la felicidad en lugares inesperados, nos damos cuenta de las cosas que nos importan. El universo es así de extraño. A veces, sabe ponernos exactamente donde tenemos que estar."
Meredith Grey.

Capítulo 21. Sobreviviré.
"Todos conocemos la expresión, es una de esas cosas que aprendemos en la clase de Ciencias: 'Adaptarse o morir'. Pero adaptarse no es fácil, hay que adaptarse a la competencia, esquivar sus ataques y, a veces, debes matar. Haces lo necesario para sobrevivir
Adaptarse o morir. Por muchas veces que lo hayas oído, la lección sigue siendo difícil. El problema es que somos humanos. Queremos más que sólo sobrevivir. Queremos amor, queremos éxito, queremos ser lo mejor que podamos ser. Peleamos con uñas y dientes para conseguirlo, y lo demás nos parece la muerte."
Meredith Grey.

Capítulo 22. Menor sin acompañante.
"Yo siempre decía que sería más feliz sola: tendría mi trabajo, a mis amigos... Pero, ¿un compañero para siempre? Demasiadas complicaciones. Al parecer, lo superé.
Hay una razón por la que dije que sería feliz sola. No fue porque creyera que sería feliz sola, sino porque creía que si amaba a alguien y salía mal, no lo superaría. Es más fácil estar solo. Porque, ¿y si te das cuenta de que necesitas amor y no lo tienes? ¿Y si te gusta y dependes de él? ¿Y si construyes tu vida en torno a él y luego todo se desmorona? ¿Se puede sobrevivir a ese dolor? Perder el amor es como sufrir daños en un órgano, es como morir. La única diferencia es que la muerte acaba, esto puede continuar para siempre."
Meredith Grey.

Anatomía de Grey. Temporada 6.

Capítulo 1. Buen luto (Parte I).
"Según Elisabeth Kübler-Ross, cuando vamos a morir o sufrimos una dura pérdida, todos atravesamos cinco fases definidas: primero, lo negamos porque es tan inimaginable que no podemos creer que sea cierto; nos enfadamos con todos, con los supervivientes, con nosotros mismos; luego negociamos, suplicamos, imploramos, ofrecemos cuanto tenemos, hasta nuestras almas, a cambio de un día más. Cuando la negociación fracasa y no podemos soportar la ira, nos deprimimos, nos desesperamos, hasta que por fin aceptamos que hemos hecho todo lo que hemos podido y nos resignamos, nos resignamos y acabamos aceptándolo.
En la facultad, tenemos cientos de clases en las que nos enseñan a combatir la muerte, y ni una sola de cómo vivir."
Meredith Grey.

Capítulo 2. Adiós (Parte II).
"El diccionario define 'pesar' como: sentimiento o dolor interior que molesta y fatiga el ánimo, profunda pena. A los cirujanos, a los científicos, se nos enseña a aprender y a confiar en los libros, en sus definiciones, en su autoridad. Pero en la vida, raras veces, son aplicables las definiciones rigurosas. El pesar puede manifestarse de muchas formas que en poco se parecen a una profunda pena.
Todos tenemos alguna vez un pesar enorme. Cada uno lo encaja a su manera. No sólo sentimos pesar por la muerte, también por la vida, por la pérdida, por el cambio. Cuando nos preguntamos por qué a veces todo es un asco, por qué duele tanto, debemos recordar que todo puede cambiar en un instante. Así sigues viviendo, cuando te duele tanto que no puedes respirar, así sobrevives. Recordando el día en que sin saber cómo y, aunque parezca imposible, no te sentías así, no te dolerá tanto. El pesar le llega a cada uno a su hora, a su manera. Lo mejor que podemos hacer, lo mejor que cualquiera puede hacer es ser sincero. Lo peor del pesar es que no puedes controlarlo. Lo mejor que podemos hacer es permitirnos sentirlo cuando llega. Y liberarnos de él cuando podamos. Lo peor es que cuando crees que lo has superado, vuelve otra vez. Y cada vez te deja sin aliento.
Hay cinco fases en el duelo. Se manifiestan de forma diferente en cada uno, pero siempre hay cinco: negación, ira, negociación, depresión y aceptación."
Meredith Grey, Alexandra 'Lexie' Grey, Mark Sloan, Alex Karev, Isobel 'Izzie' Stevens, Derek Sheperd, Miranda Bailey, Owen Hunt, Arizona Robbins, Caliophe 'Callie' Torres, y Cristina Yang.

Capítulo 3. Siempre he sentido que alguien me vigila.
"La paranoia tiene sus ventajas en el quirófano. Los cirujanos se imaginan el peor de los panoramas. Estás a punto de cerrar, has detenido la hemorragia, lo sabes, pero hay una voz en tu cabeza preguntándote, ¿y si no lo has hecho? ¿Y si el paciente muere y pudiste evitarlo? Revisas tu trabajo otra vez antes de cerrar. La paranoia es la mejor amiga del cirujano. 
Todos somos candidatos a sufrir el terror por no saber qué va a pasar. Pero es inútil porque todas las preocupaciones y los planes por si pasa esto o aquello sólo empeoran las cosas. Así que saca a tu perro a pasear o échate una siesta, hagas lo que hagas deja de preocuparte, porque la única cura para la paranoia es estar aquí, aquí, y ser como eres."
Meredith Grey.

Capítulo 4. Obligación mancillada.
"Nuestra vida comienza con obligaciones. Prometemos lealtad a la bandera, juramos devolver los libros de la biblioteca. Pero según cumplimos años, hacemos votos, nos cargan con compromisos: no hacer daño, decir la verdad y nada más que la verdad, amarnos hasta que la muerte nos separe... Las promesas se van amontonando hasta que les debemos a todos y de pronto pensamos: ¿¡Qué co...!?
Cuando eres cirujano todos quieren una parte de ti. Hacemos un juramento y de pronto las obligaciones nos abruman, hacia nuestros pacientes, hacia nuestros colegas, hacia la medicina. Hacemos lo que haría cualquier persona en su sano juicio: huir de nuestras promesas esperando que las olviden. Pero tarde o temprano nos alcanzan. Y a veces, ves que la obligación a la que más pavor tienes, no merece que huyas de ella."
Meredith Grey.

Capítulo 5. Invasión.
"Cuando enfermas todo empieza con una bacteria, un único y repugnante intruso. En poco tiempo, el intruso se duplica y son dos. Después los dos, se convierten en cuatro, y los cuatro en ocho. Y antes de que tu cuerpo se dé cuenta, le están atacando. Es una invasión. La cuestión para el médico es: cuando aparecen los invasores, cuando se apoderan de tu cuerpo, ¿cómo te deshaces de ellos?
¿Qué hacer cuando la infección te ataca y se apodera de ti? Haces lo que debes hacer y tomas las medicinas, o aprendes a vivir con ello y esperas a que desaparezca. O te rindes y dejas que te mate."
Meredith Grey.

Capítulo 6. He visto lo que he visto.
"Para diagnosticar correctamente, los médicos cambian constantemente de perspectiva. Partimos desde el punto de vista de los pacientes, aunque normalmente no tienen ni idea de lo que les pasa. Vemos al paciente desde todos los ángulos posibles, descartamos posibilidades y buscamos información, intentando averiguar qué va mal. Nos piden segundas opiniones, esperando que veamos algo que quizá a otros se les ha pasado. Para el paciente, otra perspectiva puede suponer la vida o la muerte. Para el médico, enfrentarte a todos los que estaban allí antes que tú. 
Cuando las consecuencias son difíciles de aceptar, es cuando pedimos una segunda opinión. A veces, la respuesta confirma nuestros temores. Pero, a veces, puede aportar otra solución que te dé una nueva perspectiva. Tras escuchar todas las opiniones y considerar todos los puntos de vista, por fin encuentras lo que buscabas: la verdad. Pero con la verdad no acabas, empiezas otra vez con un montón de preguntas nuevas."
Meredith Grey.

Capítulo 7. Dale una oportunidad a la paz.
"Pregunta a los cirujanos por qué se hicieron cirujanos. Seguramente te dirán que por la euforia, por la emoción, por lo que sientes cuando abres a alguien para salvarle la vida. Para mí fue distinto, quizá porque me crié con cuatro hermanas. No. Sin duda, fue por eso. Fue el silencio lo que me atrajo de la cirugía. El quirófano es un lugar silencioso, apacible, para que estemos alerta ante las complicaciones. Cuando estás en el quirófano con tu paciente sobre la mesa, el ruido del mundo, las preocupaciones, desaparecen. La calma se apodera de ti, el tiempo pasa sin darte cuenta. En ese momento, te sientes en paz.
Pregunta a los cirujanos por qué se hicieron cirujanos. Seguramente te dirán que por la euforia, por la emoción... Yo lo hice por la tranquilidad. La paz no es un estado permanente, existe por momentos, por instantes, y desaparece antes de que nos demos cuenta. Podemos sentirla en cualquier momento: en el gesto de cariño de un extraño, en una tarea que requiere concentración, o en el consuelo de la rutina. Todos los días experimentamos momentos de paz. El truco está en saber cuándo suceden para poder abrazarlos, vivirlos, y luego dejarlos marchar."
Derek Shepherd.

Capítulo 8. Involucrado en el amor.
"Es imposible describir el pánico que sientes cuando eres cirujano y tu busca suena de madrugada. Tu corazón se acelera, la mente se para, se te duermen los dedos. Tienes una prioridad: es la madre de alguien, el padre de alguien, el hijo de alguien. Dependen de ti porque su vida está en tus manos. La prioridad del cirujano siempre es el paciente. Cuando tu paciente es un niño, no sólo es tu prioridad, es tu responsabilidad. Eres el responsable de que ese niño sobreviva y tenga un futuro. Y eso es terrorífico.
Dicen que cuanto más inviertas, mayores serán los beneficios. Pero debes estar dispuesto a arriesgarte. Y debes entender que puedes perderlo todo. Pero si te arriesgas, si inviertes con cabeza, quizá te sorprenda el resultado."
Meredith Grey.

Capítulo 9. Historia nueva.
"Los médicos viven en un mundo de constante progreso. Siempre hacia delante. Si te paras, te quedas atrás. Pero por mucho que intentemos mirar hacia delante, por tentador que sea no mirar atrás, el pasado siempre vuelve para darnos una patada en el culo. Y como la historia nos demuestra, los que olvidan el pasado están condenados a repetirlo. 
A veces no puedes dejar marchar al pasado. Y a veces haríamos cualquier cosa por olvidarlo. Y a veces aprendemos algo nuevo del pasado que cambia todo lo que sabemos del presente."
Meredith Grey.

Capítulo 10. Vacaciones.
"El mejor regalo de mi vida lo recibí en Navidad a los diez años: mi primer kit de sutura. Lo utilicé hasta que me sangraron los dedos, y luego lo usé para cosérmelos. Fue el primer paso para hacerme cirujana. Quería decir que los mejores regalos a veces llegan en envoltorios sorprendentes. 
Todos los días podemos regalar la vida: puede ser doloroso o aterrador. Pero al final merece la pena. Siempre. Todos tenemos la oportunidad de regalar algo. Quizá los regalos no sean tan dramáticos como lo que pasa en un quirófano. El regalo puede ser dar una simple disculpa, o comprender el punto de vista de otro, o guardarle un secreto a un amigo. Lo bonito, dicen, es regalar. Pero cuando deja de serlo, cuando el regalo empieza a pesarte, debes parar. Pero si eres como la gente que conozco, regalas hasta que duele, y luego regalas más."
Meredith Grey.

Capítulo 11. Parpadeo.
"Damos por sentado que los cambios en nuestra vida se producen poco a poco, con el tiempo. Pero no es cierto: lo importante sucede en un segundo. Convertirse en adulto, convertirse en padre, convertirse en médico... Hoy no lo eres y, de pronto, lo eres. Pregúntale a un médico y te dirá cuál fue el instante en que se sintió médico, y seguro que no fue el día en que se licenció. Fuera cuando fuera, nadie lo olvida. A veces, ni siquiera te das cuenta del cambio. Crees que sigues siendo tú y que tu vida es la de siempre. Pero un día te despiertas, miras alrededor y no reconoces nada, nada en absoluto.
No olvidas el momento en que te conviertes en médico. Algo se activa en tu cerebro y ya no te disfrazas con la ropa de tu madre. Tienes tu propia bata. Lo que quizá no notes es que haberte convertido en médico te ha cambiado."
Meredith Grey.

Capítulo 12. Te quiero más cuando estás desnudo.
"La primera regla en cirugía es evitar riesgos: las manos deben estar limpias, las incisiones deben ser pequeñas y las heridas deben estar cubiertas. La segunda regla es que cuando no puedas cumplir la primera intentes otra cosa. A veces, no puedes evitar riesgos. A veces, el daño es tan grave que tienes que cortar a lo grande. 
En cirugía, la curación comienza con un corte, una incisión que rasga la carne. Hay que dañar el tejido sano para poder ver el dañado. Parece cruel y en contra del sentido común. Pero da resultado, te arriesgas a abrir para curar, y cuando acabas, cuando has cerrado la incisión, esperas. Esperas con la esperanza de que el paciente se cure, de que lo que has hecho no haya sido empeorarlo."
Meredith Grey.

Capítulo 13. El estado del amor y la confianza.
"Pedimos mucho a los pacientes: los dormimos, los abrimos, hurgamos en su cerebro y en sus entrañas, les pedimos confianza ciega. Curiosamente a los cirujanos nos cuesta confiar porque nos enseñan desde el primer día que sólo podemos confiar en nosotros, sólo puedes fiarte de tu instinto. Sólo puedes fiarte de tu destreza hasta que un día dejas el aula y entras en un quirófano. Estás rodeado de otros, de un equipo de otros. Un equipo del que dependes. Confías en él, o no.
No voy a mirar al pasado. Miro al futuro. Pienso en lo que este hospital puede ofrecer. Quiero honrar a Richard Webber y su legado, no destruirlo. Y por eso será un honor ser el nuevo jefe de cirugía."
Derek Shepherd.

Capítulo 14. Masacre del Día de San Valentín.
"El bisturí está hecho de acero inoxidable, cementado, esterilizado. Un enorme avance desde el primer bisturí que era un palo afilado. La medicina no para de reinventarse, y también los cirujanos deben hacerlo. Hay que adaptarse a los cambios, y puede ser doloroso. Pero sin ello, retrocederíamos en vez de avanzar.
Debemos seguir reinventándonos, casi cada minuto porque el mundo cambia en un instante y no hay tiempo para mirar atrás. A veces, nos imponen el cambio. A veces, sucede sin querer. Y lo aprovechamos al máximo. Debemos idear formas para curarnos constantemente. Cambiamos, nos adaptamos, creamos nuevas versiones de nosotros. Sólo debemos cerciorarnos de que es mejor que la anterior."
Meredith Grey.

Capítulo 15. El túnel del tiempo.
"He visto a muchos residentes llegar y marcharse en este tiempo y todos son adictos a la cirugía: la anteponen a la comida, al sueño, pasa a ser lo más importante. Lo que no saben es que vivir en ese estado de euforia puede comérselos vivos. Algunos lo superan, cruzan al otro lado y sobreviven con su cordura intacta, se convierten en buenos médicos y en personas fuertes. Yo no, sucumbí, no he matado a nadie y doy las gracias por ello. Pero hice daño y me asusté de mí mismo. Hoy hace 45 días que no bebo, soy Richard y soy un alcohólico en proceso de recuperación."
Richard Webber.

Capítulo 16. Un perfecto pequeño accidente.
"A los cirujanos nos gusta hacerlo todo al detalle: nos gustan las estadísticas, la comprobaciones y los procedimientos quirúrgicos. Nuestros pacientes viven porque disfrutamos siguiendo los pasos. Pero, por mucho que nos gusten las cifras, sabemos que muchos de los hallazgos médicos se produjeron por accidente. Moho: penicilina; corteza venenosa una cura para la malaria; una pequeña píldora azul, adiós a la impotencia. Nos cuesta aceptar que no siempre son los esfuerzos o fijarse en los detalles lo que nos da la respuesta. A veces, debemos detenernos, relajarnos y esperar el feliz accidente.
Por muchos planes que hagamos y muchos pasos que sigamos, nunca sabemos cómo acabará el día. Preferiríamos conocer los problemas que vamos a encontrarnos. Los accidentes terminan siendo los momentos más interesantes de nuestro día, de nuestra vida: las personas que no esperamos que aparezcan, acontecimientos que nunca hubiéramos imaginado... De pronto, te encuentras en un sitio donde nunca pensaste que estarías y está bien, o tardas en acostumbrarte. Sabes que llegará un momento en el que te sentirás a gusto allí. Así que, debes acostarte pensando en mañana, repasar tus planes, hacer comprobaciones, y esperar que los accidentes que se interpongan en tu camino sean de los felices."
Meredith Grey.

Capítulo 17. Exigencia.
"Los cirujanos no nos dormimos en los laureles, no nos relajamos, no estamos quietos. Sea cual sea el juego, nos gusta ganar. Y cuando ganamos, buscamos otro juego. Nos exigimos: los residentes, los cirujanos... No importan los logros. Si eres escalador, siempre hay otra montaña. 
En las fotos, los escaladores en la cima de la montaña están sonrientes, pletóricos, triunfantes. Nadie hace fotos del camino, porque, ¿quién quiere recordarlo? Nos exigimos porque es necesario, no porque nos guste. El implacable ascenso, el dolor y la angustia mientras intentas superarte... Nadie hace fotos de eso, nadie quiere acordarse. Sólo queremos recordar las vistas desde la cima, el incomparable momento en la cumbre del mundo. Eso nos ayuda a seguir ascendiendo, y el dolor merece la pena. Eso es lo extraño, que merece la pena."
Meredith Grey.

Capítulo 18. El suicidio es indoloro.
"Morir no es fácil. El cuerpo está diseñado para estar vivo: cráneos recios, corazones fuertes, sentidos agudos. Cuando el cuerpo empieza a fallar, entra en juego la medicina. Los cirujanos son tan arrogantes que creen que no hay nadie a quien no puedan salvar. Como decía, morir no es fácil.
Vivir es mejor que morir, hasta que deja de serlo. Pero, aunque dejar morir a una persona sea lo correcto, los cirujanos no estamos hechos para eso: somos arrogantes y competitivos. No nos gusta perder. Y la muerte es como perder. Aun cuando sabemos que no lo es, sabemos que ha llegado la hora y que está bien. Sabemos que hemos hecho cuanto podíamos. Es difícil deshacerse de la sensación de que pudiste hacer más."
Owen Hunt.

Capítulo 19. Simpatía por los padres.
"Los psicólogos creen que todos los aspectos de nuestra vida, todos nuestros patrones de conducta son el resultado de la relación con nuestros padres. Que todas las relaciones que tenemos no son más que versiones de esa relación, que lo intentamos una y otra vez para hacerlo bien.
Es el trabajo más importante del mundo. Debería necesitarse una licencia, pero la mayoría no pasaríamos ni el examen teórico. Hay gente que lo lleva dentro, han nacido para ello. Otros tienen otros dones. Lo bueno es que la biología establece que no tengas que hacerlo solo. Puedes pasarte la vida preguntándotelo, pero el único modo de saber qué tal padre serías es dejar de hablar de ello y hacerlo."
Meredith Grey.

Capítulo 20. Anzuelo, sedal y pecador.
"Somos médicos, nos enseñan a cuidar de seres humanos, y estamos bastante seguros de lo que debemos buscar: cortes, infecciones, mutaciones genéticas... 
Como médicos tenemos un arsenal siempre dispuesto: antibióticos para las infecciones, narcóticos para el dolor, bisturíes para extirpar tumores y cánceres, para erradicar la amenaza. Pero para las amenazas físicas, para todo lo demás, estás solo."
Meredith Grey.

Capítulo 21. Insensibles.
"La piel es el órgano más extenso del cuerpo: nos protege, nos contiene, nos hace saber lo que sentimos. La piel puede ser suave y vulnerable, muy sensible, fácil de romper. La piel no le importa a un cirujano, la cortamos sin contemplaciones, nos metemos dentro y buscamos los secretos que guarda. Hay que tener delicadeza y tacto.
Por mucho que queramos ponernos una coraza, hay millones de terminaciones nerviosas debajo, abiertas y expuestas, y sintiendo demasiado. Por mucho que intentemos no sentir dolor, a veces, es inevitable. A veces, es lo único que nos queda, sentir y nada más."
Meredith Grey.

Capítulo 22. Brillante felicidad de la gente.
"Se suele creer que el pensamiento positivo ayuda a llevar una vida más feliz. De pequeños nos decían que sonriéramos y pusiéramos cara de estar contentos. De mayores nos dicen que miremos el lado positivo, que no hay mal que por bien no venga, y que el vaso está medio lleno. A veces, la realidad se impone y te impide comportarte como si fueras feliz. La salud te puede fallar, tu pareja te puede engañar, tus amigos pueden defraudarte. En esos momentos, sólo quieres aceptar la realidad, olvidar las apariencias y ser tú mismo, asustado e infeliz. 
Si le preguntas a la gente qué quiere en la vida, la respuesta es sencilla: ser felices. Pero quizá sea esa expectativa, querer ser felices, lo que nos impide llegar a serlo. Quizá cuanto más intentemos obligarnos a ser felices, más confundidos estemos, hasta que ni nos reconocemos. En vez de eso, seguimos sonriendo e intentamos ser esas personas felices que quisiéramos ser; hasta que nos damos cuenta de que lo hemos tenido delante, ni en nuestros sueños, ni en nuestras esperanzas, sino en lo que nos hace sentir cómodos, en lo que conocemos."
Meredith Grey.

Capítulo 23. Santuario.
"A muchos, el hospital les da miedo, les parece un lugar hostil, un lugar donde pasan cosas malas. La mayoría prefiere la iglesia o el colegio, o su casa. Pero yo me crié aquí. Mientras mi madre hacía sus rondas, yo aprendí a leer junto a un quirófano, jugaba en el depósito de cadáveres, coloreaba con mis lapiceros historiales de urgencias. El hospital era mi iglesia, mi colegio, mi casa, el lugar donde me sentía segura, mi santuario. Me encanta estar aquí. Corrijo, me encantaba.
Aprendí a leer junto a un quirófano, jugaba en el depósito de cadáveres, coloreaba con mis lapiceros historiales de urgencias. El hospital era mi iglesia, mi colegio, mi casa, el lugar donde me sentía segura, mi santuario. Me encanta estar aquí. Corrijo, me encantaba."
Meredith Grey.

Capítulo 24. La muerte y todos sus amigos.
"La vida está llena de dilemas: sí o no, dentro o fuera, arriba o abajo; y luego los que de verdad importan: amar u odiar, ser un héroe o un cobarde, luchar o rendirse, vivir o morir. Vivir o morir: es la elección que importa, y no siempre está en nuestras manos.
Sí o no, dentro o fuera, arriba o abajo, vivir o morir, ser un héroe o un cobarde, luchar o rendirse. Lo repetiré para asegurarme de que me habéis oído. La vida está llena de dilemas: vivir o morir, eso es lo que importa y no siempre está en nuestras manos."
Derek Shepherd.

Anatomía de Grey. Temporada 5.

Capítulo 1. Sueña conmigo (Parte I).
"Todos recordamos los cuentos de nuestra infancia: el zapato le cabe a Cenicienta, la rana se convierte en príncipe, a la Bella Durmiente la despiertan con un beso, 'Érase una vez' y 'vivieron felices'. La materia de la que están hechos los sueños. El problema es que los cuentos no se hacen realidad. Las otras historias, ésas que comienzan en noches oscuras y tormentosas, y tienen un final atroz son las que parecen convertirse en realidad. A quien inventó eso de 'y vivieron felices' habría que darle una paliza."
Meredith Grey.

Capítulo 2. Sueña conmigo (Parte II).
"'Érase una vez', 'felices para siempre'. Los cuentos son la materia de la que están hechos los sueños. Los cuentos no se hacen realidad. La realidad es más tormentosa, más turbia, asusta más. La realidad es más interesante que un 'felices para siempre'."
Meredith Grey.

Capítulo 3. Y llegó la inundación.
"A los cirujanos nos forman para reparar daños. En el trabajo, las situaciones críticas son nuestra línea de salida. En la vida, las situaciones críticas son un síntoma de debilidad, y hacemos lo posible por evitarlas. 
Los huesos se rompen, los órganos estallan, la carne se desgarra. Podemos coser la carne, reparar los daños, aplacar el dolor. Pero cuando la vida se derrumba y nos derrumbamos nosotros, no existe la ciencia, no hay reglas absolutas. Sólo podemos intentar hallar la salida, y para un cirujano no hay nada peor ni nada mejor."
Meredith Grey.

Capítulo 4. Un mundo feliz.
"En el año 6500 antes de Cristo, alguien miró a un amigo enfermo y le dijo: 'Tengo una idea: ¿por qué no te taladro un agujero en el cráneo? Mejorarás'. Así, nació la cirugía. Hace falta cierto grado de locura para perforarle el cráneo a alguien, pero los cirujanos siempre han estado muy seguros de sí mismos. Normalmente, sabemos lo que hacemos, y cuando no es así, fingimos lo contrario, nos adentramos en territorio desconocido, plantamos la bandera y empezamos a dar órdenes. Y eso te llena de energía y de temor.
Nos gusta pensar que no tenemos miedo, que estamos deseando explorar tierras desconocidas y vivir nuevas experiencias. Pero siempre estamos aterrorizados, puede que eso sea parte de la atracción. Hay gente que ve películas de miedo, nosotros abrimos cuerpos, buceamos en aguas oscuras. Al final del día, prefieres oír algo así: 'Si tienes algo de beber, un amigo y media hora, los viajes tranquilos son aburridos, preferimos hablar de calamidades'."
Meredith Grey.

Capítulo 5. No hay.
"'Soy una roca, soy una isla' es el mantra de casi todos los cirujanos que he conocido. Nos gusta creernos independientes, solitarios, inconformistas, creer que sólo necesitamos para nuestro trabajo un quirófano, un bisturí y un cuerpo enfermo. Pero la verdad es que ni los mejores pueden hacerlo solos. La cirugía, como la vida, es un deporte de equipo. Al final tienes que dejar el banquillo y decidir en qué equipo juegas. 
Escoger a tu equipo en la vida no es como cuando lo hacías en clase de gimnasia. Ser el primero puede ser aterrador, y ser el último no es lo peor del mundo. Observamos desde fuera aferrándonos a nuestro aislamiento porque sabemos que en cuanto dejemos el banquillo, llegará alguien y cambiará el partido por completo."
Meredith Grey.

Capítulo 6. La vida en tiempos de guerra.
"Para un cirujano, cada paciente es un campo de batalla. Son nuestro terreno, donde avanzamos y nos replegamos, e intentamos quitar las minas anti-personas. Y cuando crees que has ganado la batalla y que el mundo está a salvo, aparece otra mina anti-persona. 
Algunas guerras nunca terminan, algunas lo hacen en una tregua precaria. Algunas guerras terminan en una victoria absoluta, otras con un armisticio. Y algunas guerras acaban en esperanza. Pero esas guerras no son nada comparadas con la que más nos asusta, esa en la que aún tenemos que luchar."
Meredith Grey.

Capítulo 7. Desenterrando.
"Una de las pocas cosas que puedes dar por ciertas en la vida es la muerte. Pero si eres cirujano te arrebatan hasta ese consuelo. Los cirujanos engañamos a la muerte, la posponemos y la negamos. Nos enfrentamos a ella y le hacemos un corte de mangas. 
Nacemos, vivimos y morimos. A veces, no en ese orden. Enterramos las cosas para desenterrarlas otra vez. Así que, si la muerte no es el final, ¿qué puedes dar por hecho? No puedes dar nada por hecho. La vida es lo más frágil, inestable e impredecible que existe. Sólo hay una cosa en la vida de la que podemos estar seguros: no acaba hasta que acaba."
Meredith Grey.

Capítulo 8. Estos lazos que nos atan.
"Es intenso lo que sucede en el quirófano, cuando la vida pende de un hilo. Hurgamos en los cerebros como si fueran de plastilina. Estableces un vínculo con los cirujanos que están a tu lado, un vínculo resistente e indescriptible. Es íntimo estar unido así. Te guste o no, se convierten en una familia. 
Los lazos que nos unen a veces son imposibles de explicar. Nos unen hasta después de que parezca que deberían haberse roto. Algunos vínculos desafían la distancia, el tiempo y la lógica. Porque algunos lazos están predestinados."
Meredith Grey.

Capítulo 9. A medianoche.
"Cuando eres pequeño la noche te da miedo porque hay monstruos escondidos bajo la cama. Cuando creces esos monstruos son diferentes: la inseguridad, la soledad, el arrepentimiento... Y aunque seas mayor y más sabio, sigues teniéndole miedo a la oscuridad. 
Dormir: es lo más fácil del mundo, sólo hay que cerrar los ojos. Pero para muchos de nosotros, el sueño parece fuera de nuestro alcance. Queremos dormir, pero no sabemos cómo lograrlo. Pero en cuanto nos enfrentamos a nuestros demonios, a nuestros miedos, y buscamos ayuda en los demás, la noche no da tanto miedo porque nos damos cuenta de que no estamos solos en la oscuridad."
Meredith Grey.

Capítulo 10. Solos.
"Mi madre lo llamó el mejor y más terrorífico momento de su vida: estar al frente de un equipo de cirujanos y saber que la vida del paciente depende exclusivamente de ti. Es con lo que todos soñamos. Porque el primero que puede hacer una operación en solitario es un triunfador.
Llegamos al mundo solos y lo dejamos solos, y el resto del tiempo lo pasamos buscando un poco de compañía. Necesitamos ayuda, necesitamos apoyo, si no, nos quedamos solos, como extraños, apartados los unos de los otros, y nos olvidamos de lo conectados que estamos. Así que, elegimos el amor, elegimos la vida, y por un momento, nos sentimos un poco menos solos."
Meredith Grey.

Capítulo 11. Ojalá estuvieras aquí.
"Todos podemos pedir un deseo al año al soplar las velas en nuestro cumpleaños. Algunos pedimos más: con las pestañas, en las fuentes, al ver una estrella fugaz... Y, de vez en cuando, alguno se cumple. ¿Y qué pasa entonces? ¿Es tan bueno como esperábamos? ¿Disfrutamos de nuestra felicidad? ¿O nos damos cuenta de que tenemos una larga lista de deseos esperando a ser deseados?
No deseamos lo fácil, deseamos cosas importantes, cosas ambiciosas, fuera de nuestro alcance. Deseamos cosas porque necesitamos ayuda, tenemos miedo y sabemos que quizá pedimos demasiado. Pero seguimos teniendo deseos porque, a veces, se hacen realidad."
Meredith Grey.

Capítulo 12. Compasión por el demonio.
"Mi madre solía decir lo siguiente sobre la residencia: 'Tardas un año en aprender a cortar, y una vida en aprender a no hacerlo'. De todo el instrumental quirúrgico, la sensatez es el utensilio maestro: sin ella no somos más que niños correteando con bisturíes. 
Somos humanos, cometemos errores, malinterpretamos, tomamos decisiones incorrectas. Pero cuando un cirujano se equivoca no es tan sencillo. La gente se hiere, sangra. Así que, luchamos en cada punto, agonizamos en cada sutura. Porque los juicios precipitados, las decisiones que tomamos sin pensar, sin vacilar son las que nos persiguen eternamente."
Meredith Grey.

Capítulo 13. Escalera hacia el cielo.
"Creo en el cielo, y también en el infierno. No los he visto pero creo que existen. Tienen que existir, que sin cielo o sin infierno iríamos todos al limbo. 
Cielo, infierno, limbo. Nadie sabe adonde vamos ni lo que nos espera cuando lleguemos. Pero lo que sí podemos decir, lo que sabemos a ciencia cierta es que hay momentos que nos llevan a otro lugar, momentos celestiales en la Tierra. Quizá por ahora es cuanto necesitamos saber."
Denny Duquette.

Capítulo 14. Aplaca tu corazón.
"Cualquier estudiante de primero de Medicina sabe que un pulso acelerado es síntoma de problemas. Un pulso acelerado puede indicar cualquier cosa: desde un ataque de ansiedad hasta algo más, mucho más grave. Un corazón agitado o desacompasado o ser síntoma de una aflicción secreta. O puede indicar romanticismo, el mayor de todos los problemas. 
Parece que no controlamos nuestros propios corazones. Las cosas pueden cambiar sin avisar. El romanticismo puede hacer que el corazón se salga del pecho, igual que el pánico. Y el pánico puede pararlo de pronto. Es natural que los médicos pasen tanto tiempo intentando estabilizar el corazón: bajar sus pulsaciones, intentar regularlo, evitar que se salga del pecho por miedo a algo terrible o por el presagio de algo completamente diferente."
Meredith Grey.

Capítulo 15. Antes y después.
"Las historias de todos los pacientes comienzan igual: con ellos encontrándose bien. Empiezan en el antes, se aferran a ese momento, al recuerdo de encontrarse bien, a ese antes, como si hablar de ello fuera a trasladarles hasta allí. Pero no se dan cuenta de que el hecho de que nos lo estén contando a nosotros, sus médicos, significa que no hay vuelta atrás. Cuando vienen a vernos ya están en el después. Y aunque las historias de todos los pacientes comienzan igual, su desenlace depende de nosotros, de que les diagnostiquemos correctamente. Sus historias dependen de nosotros, y todos queremos ser héroes."
Meredith Grey.

Capítulo 16. Un error involuntario.
"Es algo habitual cuando la gente se entera de que eres médico. Dejan de considerarte persona y empiezan a verte como algo más importante. Tienen que vernos así, como dioses, si no, seríamos como los demás: inseguros, imperfectos, normales. Así que nos hacemos los fuertes, nos comportamos estoicamente, ocultamos el hecho de que somos humanos. 
Los pacientes nos consideran dioses o nos consideran monstruos. Pero lo cierto es que sólo somos personas. Nos equivocamos, perdemos la perspectiva. Hasta los mejores tienen un mal día. Pero debemos pasar página. No nos dormimos en los laureles ni celebramos las vidas que hemos salvado, porque siempre hay otro paciente que necesita nuestra ayuda. Así que, nos obligamos a seguir intentándolo, a seguir aprendiendo, con la esperanza de que, tal vez, algún día, nos parezcamos cada vez más a los dioses que nuestros pacientes necesitan que seamos".
Meredith Grey.

Capítulo 17. Te seguiré hasta la oscuridad.
"Todos los cirujanos que conozco tienen una sombra. Una nube de temor y dudas que sigue hasta a los mejores al quirófano. Fingimos que no tenemos esa sombra, creyendo que si salvamos más vidas y mejoramos nuestra técnica, que si nos alejamos, se cansará y dejará de perseguirnos. Pero no puedes escapar de tu propia sombra.
Todos los cirujanos tienen una sombra. El único miedo de deshacerse de una sombra es apagar las luces, dejar de huir de la oscuridad y enfrentarte a tus temores. Seguir."
Meredith Grey.

Capítulo 18. No me abandones.
"Los cirujanos no son conocidos por su afabilidad: son arrogantes, impacientes y fríos. Dicen que no tienen amigos porque no les aguantan. Los cirujanos son como un mal catarro: desagradables, insistentes. Cirujanos: desagradables, agresivos, imparables. El tipo de gente que necesitas a tu lado cuando estás jodido.
La práctica de la medicina no suele ser compatible con la amistad. Quizá porque la vida y la muerte son parte de nuestro día a día. Quizá porque ver la muerte a diario nos obliga a saber que la vida, cada minuto es un regalo. Cada persona que nos permitimos querer no es más que otra futura pérdida. Por esa razón, conozco a médicos que no se molestan en hacer amigos. Pero el resto nos empeñamos en retrasar ese momento, en desterrar esas pérdidas, lo más lejos posible."
Meredith Grey.

Capítulo 19. Carta de amor en el ascensor.
"Los cirujanos somos complicados, somos carniceros, carniceros ansiosos por coger un bisturí. Abrimos a la gente, se nos mueren pacientes y seguimos con nuestra vida. Provocamos traumas, sufrimos traumas. No tenemos tiempo de preocuparnos de cómo nos hacen sentir la sangre y la muerte.
No importa lo fuertes que seamos. Los traumas siempre dejan cicatrices. Nos siguen hasta casa, cambian nuestras vidas. Los traumas complican nuestras vidas, pero quizá sea su fin: el dolor, el miedo, la miseria... Quizá pasar por eso nos hace seguir viviendo, es lo que nos empuja. Quizá necesitemos complicaciones para asumir responsabilidades."
Alex Karev.


"Dices que eres oscura y retorcida. 
No es un defecto, es una virtud. 
Hace que seas quien eres."
Derek Shepherd.


Capítulo 20. Dulce rendición.
"La derrota no es una opción, para los cirujanos. No nos apartamos de la mesa hasta mucho después de que desaparezca el último hálito de vida. Los pacientes terminales son un reto. La amenaza de la muerte nos ayuda a levantarnos. No se nos intimida con facilidad, no nos amedrentamos, no nos echamos atrás, ni nos rendimos. Al menos, en el trabajo. 
Para hacer nuestro trabajo, debemos creer que la derrota no es una opción. Que por muy mal que estén nuestros pacientes, les queda una esperanza. Pero incluso cuando la esperanza da paso a la realidad y tenemos que rendirnos, sólo significa que hemos perdido la batalla de hoy, pero no la de mañana. Ocurre algo con la derrota: si te dejas y te rindes de verdad, olvidas por qué estabas luchando antes."
Meredith Grey.

Capítulo 21. No saber pedir perdón (Otra oportunidad).
"¿Recordáis cuando erais pequeños y mordíais a otro niño sin querer en el recreo? El maestro decía: 'Pídele perdón'. Lo decíamos, pero no lo pensábamos, porque el mocoso al que le habíamos mordido se lo merecía. Pero cuando creces, disculparse no es tan fácil. Cuando acaban los días de recreo hay que decirlo en serio. Cuando eres médico, 'perdón' no es una palabra bonita, significa 'te estás muriendo', 'no puedo ayudarte' o 'que va a dolerte mucho'.
Como médicos no podemos reparar nuestros errores y no nos perdonamos por ello, aunque son gajes del oficio. Pero como seres humanos, podemos intentar hacerlo mejor. Reparar los errores aunque parezcan irreparables. 'Lo siento' no siempre es suficiente, quizá porque se utiliza muchas veces, como arma, como excusa. Pero cuando lo sentimos y lo utilizamos como es debido, cuando lo pensamos. Cuando nuestras acciones dicen más que las palabras. Cuando lo hacemos bien 'lo siento' es perfecto. Cuando lo hacemos bien 'lo siento' nos redime."
Meredith Grey.

Capítulo 22. Lo que hace distinto a un día.
"Nunca sabes cuál va a ser el día más importante de tu vida. Los días que crees que serán importantes nunca son como los imaginas en tu cabeza. Los días normales que empiezan igual que otro cualquiera son al final los más importantes. Hoy ha sido la boda: fue preciosa, perfecta.
Nunca sabes que el día más importante de tu vida es el más importante hasta que lo vives. No reconoces el día más importante de tu vida hasta que estás dentro de él: el día que te entregas a algo o a alguien, el día que te rompen el corazón, el día que conoces a tu alma gemela, el día que te das cuenta de que no hay casi tiempo porque quieres vivir para siempre. Ésos son los días más perfectos, ¿sabes?"
Isobel 'Izzie' Stevens.

Capítulo 23. Estos son los días futuros.
"Cuando algo comienza, normalmente no sabes cómo acabará: la casa que ibas a vender se convierte en tu hogar, los compañeros de piso se convierten en tu familia y la aventura que ibas a olvidar se convierte en el amor de tu vida.
Pasamos la vida preocupándonos por el futuro, planeándolo, intentando predecirlo, pensando que saber cómo será amortiguará el golpe, pero el futuro cambia constantemente. El futuro es el hogar de nuestros miedos y de nuestras esperanzas. Pero algo es seguro, cuando por fin se revela, el futuro nunca es como lo imaginábamos."
Meredith Grey.

Capítulo 24. Ahora o nunca.
"Los médicos pasan mucho tiempo pensando en el futuro, planeándolo, trabajando para él. Pero de pronto te das cuenta de que tu vida está pasando ahora. No después de la Universidad, ni de la Residencia, ahora mismo, ésta es tu vida, está aquí, parpadea y la perderás. 
¿Lo has dicho? 'Te quiero', 'No quiero vivir sin ti', 'Has cambiado mi vida', ¿lo has dicho? Haz un plan, márcate un objetivo, intenta lograrlo, pero de vez en cuando, mira a tu alrededor, vive a fondo. Porque ésta es tu vida, y quizá mañana se acabe."
Meredith Grey.