Capítulo 1. Sueña conmigo (Parte I).
"Todos recordamos los cuentos de nuestra infancia: el zapato le cabe a Cenicienta, la rana se convierte en príncipe, a la Bella Durmiente la despiertan con un beso, 'Érase una vez' y 'vivieron felices'. La materia de la que están hechos los sueños. El problema es que los cuentos no se hacen realidad. Las otras historias, ésas que comienzan en noches oscuras y tormentosas, y tienen un final atroz son las que parecen convertirse en realidad. A quien inventó eso de 'y vivieron felices' habría que darle una paliza."
Meredith Grey.
Capítulo 2. Sueña conmigo (Parte II).
"'Érase una vez', 'felices para siempre'. Los cuentos son la materia de la que están hechos los sueños. Los cuentos no se hacen realidad. La realidad es más tormentosa, más turbia, asusta más. La realidad es más interesante que un 'felices para siempre'."
Meredith Grey.
Capítulo 3. Y llegó la inundación.
"A los cirujanos nos forman para reparar daños. En el trabajo, las situaciones críticas son nuestra línea de salida. En la vida, las situaciones críticas son un síntoma de debilidad, y hacemos lo posible por evitarlas.
Los huesos se rompen, los órganos estallan, la carne se desgarra. Podemos coser la carne, reparar los daños, aplacar el dolor. Pero cuando la vida se derrumba y nos derrumbamos nosotros, no existe la ciencia, no hay reglas absolutas. Sólo podemos intentar hallar la salida, y para un cirujano no hay nada peor ni nada mejor."
Meredith Grey.
Capítulo 4. Un mundo feliz.
"En el año 6500 antes de Cristo, alguien miró a un amigo enfermo y le dijo: 'Tengo una idea: ¿por qué no te taladro un agujero en el cráneo? Mejorarás'. Así, nació la cirugía. Hace falta cierto grado de locura para perforarle el cráneo a alguien, pero los cirujanos siempre han estado muy seguros de sí mismos. Normalmente, sabemos lo que hacemos, y cuando no es así, fingimos lo contrario, nos adentramos en territorio desconocido, plantamos la bandera y empezamos a dar órdenes. Y eso te llena de energía y de temor.
Nos gusta pensar que no tenemos miedo, que estamos deseando explorar tierras desconocidas y vivir nuevas experiencias. Pero siempre estamos aterrorizados, puede que eso sea parte de la atracción. Hay gente que ve películas de miedo, nosotros abrimos cuerpos, buceamos en aguas oscuras. Al final del día, prefieres oír algo así: 'Si tienes algo de beber, un amigo y media hora, los viajes tranquilos son aburridos, preferimos hablar de calamidades'."
Meredith Grey.
Capítulo 5. No hay.
"'Soy una roca, soy una isla' es el mantra de casi todos los cirujanos que he conocido. Nos gusta creernos independientes, solitarios, inconformistas, creer que sólo necesitamos para nuestro trabajo un quirófano, un bisturí y un cuerpo enfermo. Pero la verdad es que ni los mejores pueden hacerlo solos. La cirugía, como la vida, es un deporte de equipo. Al final tienes que dejar el banquillo y decidir en qué equipo juegas.
Escoger a tu equipo en la vida no es como cuando lo hacías en clase de gimnasia. Ser el primero puede ser aterrador, y ser el último no es lo peor del mundo. Observamos desde fuera aferrándonos a nuestro aislamiento porque sabemos que en cuanto dejemos el banquillo, llegará alguien y cambiará el partido por completo."
Meredith Grey.
Capítulo 6. La vida en tiempos de guerra.
"Para un cirujano, cada paciente es un campo de batalla. Son nuestro terreno, donde avanzamos y nos replegamos, e intentamos quitar las minas anti-personas. Y cuando crees que has ganado la batalla y que el mundo está a salvo, aparece otra mina anti-persona.
Algunas guerras nunca terminan, algunas lo hacen en una tregua precaria. Algunas guerras terminan en una victoria absoluta, otras con un armisticio. Y algunas guerras acaban en esperanza. Pero esas guerras no son nada comparadas con la que más nos asusta, esa en la que aún tenemos que luchar."
Meredith Grey.
Capítulo 7. Desenterrando.
"Una de las pocas cosas que puedes dar por ciertas en la vida es la muerte. Pero si eres cirujano te arrebatan hasta ese consuelo. Los cirujanos engañamos a la muerte, la posponemos y la negamos. Nos enfrentamos a ella y le hacemos un corte de mangas.
Nacemos, vivimos y morimos. A veces, no en ese orden. Enterramos las cosas para desenterrarlas otra vez. Así que, si la muerte no es el final, ¿qué puedes dar por hecho? No puedes dar nada por hecho. La vida es lo más frágil, inestable e impredecible que existe. Sólo hay una cosa en la vida de la que podemos estar seguros: no acaba hasta que acaba."
Meredith Grey.
Capítulo 8. Estos lazos que nos atan.
"Es intenso lo que sucede en el quirófano, cuando la vida pende de un hilo. Hurgamos en los cerebros como si fueran de plastilina. Estableces un vínculo con los cirujanos que están a tu lado, un vínculo resistente e indescriptible. Es íntimo estar unido así. Te guste o no, se convierten en una familia.
Los lazos que nos unen a veces son imposibles de explicar. Nos unen hasta después de que parezca que deberían haberse roto. Algunos vínculos desafían la distancia, el tiempo y la lógica. Porque algunos lazos están predestinados."
Meredith Grey.
Capítulo 9. A medianoche.
"Cuando eres pequeño la noche te da miedo porque hay monstruos escondidos bajo la cama. Cuando creces esos monstruos son diferentes: la inseguridad, la soledad, el arrepentimiento... Y aunque seas mayor y más sabio, sigues teniéndole miedo a la oscuridad.
Dormir: es lo más fácil del mundo, sólo hay que cerrar los ojos. Pero para muchos de nosotros, el sueño parece fuera de nuestro alcance. Queremos dormir, pero no sabemos cómo lograrlo. Pero en cuanto nos enfrentamos a nuestros demonios, a nuestros miedos, y buscamos ayuda en los demás, la noche no da tanto miedo porque nos damos cuenta de que no estamos solos en la oscuridad."
Meredith Grey.
Capítulo 10. Solos.
"Mi madre lo llamó el mejor y más terrorífico momento de su vida: estar al frente de un equipo de cirujanos y saber que la vida del paciente depende exclusivamente de ti. Es con lo que todos soñamos. Porque el primero que puede hacer una operación en solitario es un triunfador.
Llegamos al mundo solos y lo dejamos solos, y el resto del tiempo lo pasamos buscando un poco de compañía. Necesitamos ayuda, necesitamos apoyo, si no, nos quedamos solos, como extraños, apartados los unos de los otros, y nos olvidamos de lo conectados que estamos. Así que, elegimos el amor, elegimos la vida, y por un momento, nos sentimos un poco menos solos."
Meredith Grey.
Capítulo 11. Ojalá estuvieras aquí.
"Todos podemos pedir un deseo al año al soplar las velas en nuestro cumpleaños. Algunos pedimos más: con las pestañas, en las fuentes, al ver una estrella fugaz... Y, de vez en cuando, alguno se cumple. ¿Y qué pasa entonces? ¿Es tan bueno como esperábamos? ¿Disfrutamos de nuestra felicidad? ¿O nos damos cuenta de que tenemos una larga lista de deseos esperando a ser deseados?
No deseamos lo fácil, deseamos cosas importantes, cosas ambiciosas, fuera de nuestro alcance. Deseamos cosas porque necesitamos ayuda, tenemos miedo y sabemos que quizá pedimos demasiado. Pero seguimos teniendo deseos porque, a veces, se hacen realidad."
Meredith Grey.
Capítulo 12. Compasión por el demonio.
"Mi madre solía decir lo siguiente sobre la residencia: 'Tardas un año en aprender a cortar, y una vida en aprender a no hacerlo'. De todo el instrumental quirúrgico, la sensatez es el utensilio maestro: sin ella no somos más que niños correteando con bisturíes.
Somos humanos, cometemos errores, malinterpretamos, tomamos decisiones incorrectas. Pero cuando un cirujano se equivoca no es tan sencillo. La gente se hiere, sangra. Así que, luchamos en cada punto, agonizamos en cada sutura. Porque los juicios precipitados, las decisiones que tomamos sin pensar, sin vacilar son las que nos persiguen eternamente."
Meredith Grey.
Capítulo 13. Escalera hacia el cielo.
"Creo en el cielo, y también en el infierno. No los he visto pero creo que existen. Tienen que existir, que sin cielo o sin infierno iríamos todos al limbo.
Cielo, infierno, limbo. Nadie sabe adonde vamos ni lo que nos espera cuando lleguemos. Pero lo que sí podemos decir, lo que sabemos a ciencia cierta es que hay momentos que nos llevan a otro lugar, momentos celestiales en la Tierra. Quizá por ahora es cuanto necesitamos saber."
Denny Duquette.
Capítulo 14. Aplaca tu corazón.
"Cualquier estudiante de primero de Medicina sabe que un pulso acelerado es síntoma de problemas. Un pulso acelerado puede indicar cualquier cosa: desde un ataque de ansiedad hasta algo más, mucho más grave. Un corazón agitado o desacompasado o ser síntoma de una aflicción secreta. O puede indicar romanticismo, el mayor de todos los problemas.
Parece que no controlamos nuestros propios corazones. Las cosas pueden cambiar sin avisar. El romanticismo puede hacer que el corazón se salga del pecho, igual que el pánico. Y el pánico puede pararlo de pronto. Es natural que los médicos pasen tanto tiempo intentando estabilizar el corazón: bajar sus pulsaciones, intentar regularlo, evitar que se salga del pecho por miedo a algo terrible o por el presagio de algo completamente diferente."
Meredith Grey.
Capítulo 15. Antes y después.
"Las historias de todos los pacientes comienzan igual: con ellos encontrándose bien. Empiezan en el antes, se aferran a ese momento, al recuerdo de encontrarse bien, a ese antes, como si hablar de ello fuera a trasladarles hasta allí. Pero no se dan cuenta de que el hecho de que nos lo estén contando a nosotros, sus médicos, significa que no hay vuelta atrás. Cuando vienen a vernos ya están en el después. Y aunque las historias de todos los pacientes comienzan igual, su desenlace depende de nosotros, de que les diagnostiquemos correctamente. Sus historias dependen de nosotros, y todos queremos ser héroes."
Meredith Grey.
Capítulo 16. Un error involuntario.
"Es algo habitual cuando la gente se entera de que eres médico. Dejan de considerarte persona y empiezan a verte como algo más importante. Tienen que vernos así, como dioses, si no, seríamos como los demás: inseguros, imperfectos, normales. Así que nos hacemos los fuertes, nos comportamos estoicamente, ocultamos el hecho de que somos humanos.
Los pacientes nos consideran dioses o nos consideran monstruos. Pero lo cierto es que sólo somos personas. Nos equivocamos, perdemos la perspectiva. Hasta los mejores tienen un mal día. Pero debemos pasar página. No nos dormimos en los laureles ni celebramos las vidas que hemos salvado, porque siempre hay otro paciente que necesita nuestra ayuda. Así que, nos obligamos a seguir intentándolo, a seguir aprendiendo, con la esperanza de que, tal vez, algún día, nos parezcamos cada vez más a los dioses que nuestros pacientes necesitan que seamos".
Meredith Grey.
Capítulo 17. Te seguiré hasta la oscuridad.
"Todos los cirujanos que conozco tienen una sombra. Una nube de temor y dudas que sigue hasta a los mejores al quirófano. Fingimos que no tenemos esa sombra, creyendo que si salvamos más vidas y mejoramos nuestra técnica, que si nos alejamos, se cansará y dejará de perseguirnos. Pero no puedes escapar de tu propia sombra.
Todos los cirujanos tienen una sombra. El único miedo de deshacerse de una sombra es apagar las luces, dejar de huir de la oscuridad y enfrentarte a tus temores. Seguir."
Meredith Grey.
Capítulo 18. No me abandones.
"Los cirujanos no son conocidos por su afabilidad: son arrogantes, impacientes y fríos. Dicen que no tienen amigos porque no les aguantan. Los cirujanos son como un mal catarro: desagradables, insistentes. Cirujanos: desagradables, agresivos, imparables. El tipo de gente que necesitas a tu lado cuando estás jodido.
La práctica de la medicina no suele ser compatible con la amistad. Quizá porque la vida y la muerte son parte de nuestro día a día. Quizá porque ver la muerte a diario nos obliga a saber que la vida, cada minuto es un regalo. Cada persona que nos permitimos querer no es más que otra futura pérdida. Por esa razón, conozco a médicos que no se molestan en hacer amigos. Pero el resto nos empeñamos en retrasar ese momento, en desterrar esas pérdidas, lo más lejos posible."
Meredith Grey.
Capítulo 19. Carta de amor en el ascensor.
"Los cirujanos somos complicados, somos carniceros, carniceros ansiosos por coger un bisturí. Abrimos a la gente, se nos mueren pacientes y seguimos con nuestra vida. Provocamos traumas, sufrimos traumas. No tenemos tiempo de preocuparnos de cómo nos hacen sentir la sangre y la muerte.
No importa lo fuertes que seamos. Los traumas siempre dejan cicatrices. Nos siguen hasta casa, cambian nuestras vidas. Los traumas complican nuestras vidas, pero quizá sea su fin: el dolor, el miedo, la miseria... Quizá pasar por eso nos hace seguir viviendo, es lo que nos empuja. Quizá necesitemos complicaciones para asumir responsabilidades."
Alex Karev.
"Dices que eres oscura y retorcida.
No es un defecto, es una virtud.
Hace que seas quien eres."
Derek Shepherd.
Capítulo 20. Dulce rendición.
"La derrota no es una opción, para los cirujanos. No nos apartamos de la mesa hasta mucho después de que desaparezca el último hálito de vida. Los pacientes terminales son un reto. La amenaza de la muerte nos ayuda a levantarnos. No se nos intimida con facilidad, no nos amedrentamos, no nos echamos atrás, ni nos rendimos. Al menos, en el trabajo.
Para hacer nuestro trabajo, debemos creer que la derrota no es una opción. Que por muy mal que estén nuestros pacientes, les queda una esperanza. Pero incluso cuando la esperanza da paso a la realidad y tenemos que rendirnos, sólo significa que hemos perdido la batalla de hoy, pero no la de mañana. Ocurre algo con la derrota: si te dejas y te rindes de verdad, olvidas por qué estabas luchando antes."
Meredith Grey.
Capítulo 21. No saber pedir perdón (Otra oportunidad).
"¿Recordáis cuando erais pequeños y mordíais a otro niño sin querer en el recreo? El maestro decía: 'Pídele perdón'. Lo decíamos, pero no lo pensábamos, porque el mocoso al que le habíamos mordido se lo merecía. Pero cuando creces, disculparse no es tan fácil. Cuando acaban los días de recreo hay que decirlo en serio. Cuando eres médico, 'perdón' no es una palabra bonita, significa 'te estás muriendo', 'no puedo ayudarte' o 'que va a dolerte mucho'.
Como médicos no podemos reparar nuestros errores y no nos perdonamos por ello, aunque son gajes del oficio. Pero como seres humanos, podemos intentar hacerlo mejor. Reparar los errores aunque parezcan irreparables. 'Lo siento' no siempre es suficiente, quizá porque se utiliza muchas veces, como arma, como excusa. Pero cuando lo sentimos y lo utilizamos como es debido, cuando lo pensamos. Cuando nuestras acciones dicen más que las palabras. Cuando lo hacemos bien 'lo siento' es perfecto. Cuando lo hacemos bien 'lo siento' nos redime."
Meredith Grey.
Capítulo 22. Lo que hace distinto a un día.
"Nunca sabes cuál va a ser el día más importante de tu vida. Los días que crees que serán importantes nunca son como los imaginas en tu cabeza. Los días normales que empiezan igual que otro cualquiera son al final los más importantes. Hoy ha sido la boda: fue preciosa, perfecta.
Nunca sabes que el día más importante de tu vida es el más importante hasta que lo vives. No reconoces el día más importante de tu vida hasta que estás dentro de él: el día que te entregas a algo o a alguien, el día que te rompen el corazón, el día que conoces a tu alma gemela, el día que te das cuenta de que no hay casi tiempo porque quieres vivir para siempre. Ésos son los días más perfectos, ¿sabes?"
Isobel 'Izzie' Stevens.
Capítulo 23. Estos son los días futuros.
"Cuando algo comienza, normalmente no sabes cómo acabará: la casa que ibas a vender se convierte en tu hogar, los compañeros de piso se convierten en tu familia y la aventura que ibas a olvidar se convierte en el amor de tu vida.
Pasamos la vida preocupándonos por el futuro, planeándolo, intentando predecirlo, pensando que saber cómo será amortiguará el golpe, pero el futuro cambia constantemente. El futuro es el hogar de nuestros miedos y de nuestras esperanzas. Pero algo es seguro, cuando por fin se revela, el futuro nunca es como lo imaginábamos."
Meredith Grey.
Capítulo 24. Ahora o nunca.
"Los médicos pasan mucho tiempo pensando en el futuro, planeándolo, trabajando para él. Pero de pronto te das cuenta de que tu vida está pasando ahora. No después de la Universidad, ni de la Residencia, ahora mismo, ésta es tu vida, está aquí, parpadea y la perderás.
¿Lo has dicho? 'Te quiero', 'No quiero vivir sin ti', 'Has cambiado mi vida', ¿lo has dicho? Haz un plan, márcate un objetivo, intenta lograrlo, pero de vez en cuando, mira a tu alrededor, vive a fondo. Porque ésta es tu vida, y quizá mañana se acabe."
Meredith Grey.
No hay comentarios:
Publicar un comentario