Capítulo 1. Caída libre.
"Hasta los matrimonios consolidados fracasan: parece que estás en tierra firme y, de pronto, ya no. Y siempre hay dos versiones: la tuya y la suya. Aunque las dos versiones empiezan igual: con dos personas que se enamoran. Nadie se casa pensando que saldrá mal. Crees que el tuyo sí saldrá bien. Siempre es un shock, darte cuenta de que se ha acabado. Parece que estás en tierra firme y, de pronto, ya no.
¿Tienes lo que hay que tener? Si tu matrimonio está en peligro, ¿podrás capear el temporal? Cuando el suelo cede y tu mundo se derrumba, quizás sólo necesitas fe y confiar en que sobreviviréis juntos, quizás sólo necesitas agarrarte, y pase lo que pase no soltarte."
Meredith Grey.
Capítulo 2. Se fue.
"Cuando mi madre dejó a mi padre, no se lo dijo. Ni que me llevaba con ella hasta que aterrizamos en la otra punta del país. Entonces, se llamaban desavenencias familiares. Hoy se llamaría secuestro.
Crees que el amor verdadero es lo único que puede apoderarse de tu corazón, lo que puede entrar en tu vida e iluminarla, o destruirla. Entonces, te conviertes en madre."
Meredith Grey.
Capítulo 3. Asume el mando.
"Estudias, te preparas, trabajas. Años que te llevan hasta el día en que tomas las riendas. Ese días debes estar listo para todo. Pero hay una cosa para la que nunca estás listo: el día en que dejas las riendas.
A veces, pasa en un instante: tomamos las riendas, nos convertimos en líder, buscamos una salida. Buscamos una salida y la seguimos, aunque no sepamos adónde nos lleva."
Meredith Grey.
Capítulo 4. ¿Qué pasa con los hombres?
"Hay diferencias entre el cerebro masculino y femenino. El femenino tiene un hipocampo más grande. Suelen tener más retención y memoria. Tenemos el córtex parietal más grande, no esquivamos mejor los ataques. El cerebro masculino afronta los retos de forma distinta al femenino. Ellas tienen más capacidad para el lenguaje, los detalles, la empatía. Los hombres, no tanta. Eso no significa que seamos menos capaces de sentir. Podemos hablar de nuestros sentimientos; sin embargo, casi siempre preferimos no hacerlo. 'Sé un hombre', te lo dicen constantemente. Pero, ¿qué significa? ¿Significa fuerza? ¿Significa sacrificio? ¿Significa ganar? Quizá sea más sencillo. Hay que saber cuando no ser un hombre. A veces, hay que ser un hombre para olvidar tu amor propio, admitir la derrota, y simplemente, empezar de cero otra vez."
Derek Shepherd, Richard Webber, Alex Karev, Jackson Avery, Mark Sloan, y Owen Hunt.
Capítulo 5. Pérdidas, amor y legados.
"El cuerpo humano está diseñado para compensar las pérdidas. Se adapta y así ya no necesita lo que no puede tener. Pero, a veces, la pérdida es demasiado grande y el cuerpo no puede compensarla solo. Entonces, intervienen los cirujanos.
Tenemos tantas esperanzas cuando algo empieza, parece que sólo podemos ganar un montón, no perderlo. Dicen que la incapacidad para aceptar las pérdidas es una forma de locura. Seguramente sí, pero, a veces, es el único modo de seguir vivo."
Meredith Grey.
Capítulo 6. Cara de póquer.
"De bebés éramos simples. Si llorabas una vez, tenías hambre. Si eran dos, tenías sueño. Es de mayores cuando nos complicamos. Ocultamos los sentimientos, nos cerramos. A veces, no sabemos ni lo que piensan o sienten los demás. Sin querer nos convertimos en maestros del disimulo.
No siempre es fácil decir lo que piensas. A veces, tienen que obligarte a hacerlo. A veces, es mejor no decir nada, hacerte el tonto, aunque tu cuerpo esté deseando confesar. Así que te callas, guardas el secreto y buscas otros modos de ser feliz."
Meredith Grey.
Capítulo 7. Sáqueme, entrenador.
"Los cirujanos no pueden ser vagos. Los riesgos son muy grandes. Si nos dormimos en los laureles, ocurre una fatalidad, algo que no vemos venir.
Puede que no siempre ganemos, pero no somos vagos. Arriesgamos, nos volcamos, intentamos lanzarla fuera y, a veces, nos eliminan. Pero, a veces, anotas una carrera."
Meredith Grey.
Capítulo 8. Una caja con forma de corazón.
"Imagínate que estás en el quirófano, reparando una vena cava y, de pronto, todo se va al traste. Así que cortas esto, coses lo otro y el mal trance es agua pasada. Pero no podemos encarar todos los problemas con un bisturí, aunque podría intentarse. Pero sería considerado una agresión.
Es aterrador lo rápido que todo puede irse a la mierda. A veces, hay que sufrir una pérdida para recordar lo que te importa. A veces, te das cuenta de que eso te ha hecho más fuerte, más sabio, te da armas para enfrentarte al próximo desastre. A veces, pero no siempre."
Meredith Grey.
Capítulo 9. Oscura fue la noche.
"'He tenido un día terrible', lo decimos constantemente: una discusión con el jefe, una gastroenteritis, un atasco. Decimos que ha sido terrible cuando no ha pasado nada terrible.
Hay cosas que nos destrozan: una endodoncia, una auditoría de Hacienda, que nos tiren café en la ropa. Pero cuando pasa algo realmente terrible, le rogamos a un Dios en el que no creemos que nos devuelva los pequeños horrores y se lleve éste. Qué absurdas nos parecen ahora, ¿no? La inundación de la cocina, la urticaria, la pelea que nos deja cabreados. ¿Nos habría ayudado conocer el futuro? ¿Nos habríamos dado cuenta de que eran los buenos momentos?"
Meredith Grey.
Capítulo 10. De repente.
"Las víctimas de un impacto brusco son las más difíciles de tratar. No les hace daño sólo la colisión, también lo que viene después. La fuerza centrífuga las sigue moviendo, las zarandea en los vehículos, las despide por el parabrisas, y comprime sus órganos contra el esqueleto. Sus cuerpos son golpeados una y otra vez. No se conoce el alcance de los daños hasta que se paran.
No puedes prepararte para un impacto brusco, no puedes planificarte, te golpea sin saber cómo y, de pronto, tu vida anterior se acaba, para siempre."
Meredith Grey.
Capítulo 11. Este momento mágico.
"¿Alguna vez has interpretado el papel protagonista en una función, o sólo en un recital? Todos te miran, esperando que hagas lo que han venido a ver. Y tú sientes la presión de actuar. Hubo un tiempo en el que los quirófanos eran como anfiteatros. Y aún lo parecen. La gente se prepara para la representación, se dan los últimos retoques: está el vestuario y las máscaras, el atrezzo. Cada detalle requiere su ensayo, su coreografía... Todo para llegar al momento en que se abre el telón. ¿Sabéis qué dicen del (carné yijol*)? Que sólo hay un modo de entrar.
Ojalá la vida fuera un ensayo con vestuario y tuviéramos tiempo para repetir. Podríamos ensayar cada momento hasta que lo domináramos. Por desgracia, cada día de nuestra vida es una función. Incluso cuando tenemos la oportunidad de ensayar y prepararnos y practicar, nunca estamos listos para los grandes momentos de la vida."
Meredith Grey.
Capítulo 12. Esperanza para los desesperados.
"'No podemos hacer nada más por usted' son las últimas palabras que un cirujano querría decir. No nos es fácil darnos por vencidos y hacemos lo posible por no hacerlo. Para los cirujanos 'causa perdida' significa esforzarse más.
¿Cuándo tiras la toalla? ¿Cuándo admites que una causa perdida lo es? Llega un momento en que es demasiado y estamos cansados de seguir luchando, y nos rendimos. Ahí empieza el trabajo de verdad, buscar esperanza donde parece que no hay ninguna, en absoluto."
Meredith Grey.
Capítulo 13. Si entonces...
"Tu hijo es el que te reservaba tu destino. Estaba predestinado, eso te dicen los de adopción. Quiero pensar que es cierto, pero todo lo demás parece tan fortuito. ¿Y si algo insignificante que hice o dije, lo hubiera cambiado todo? ¿Y si me hubiera decidido por otra vida o por otra persona? No nos habríamos encontrado nunca. ¿Y si hubiera tenido otra educación o mi madre no hubiera enfermado? ¿Y si hubiera tenido un buen padre? ¿Y si...? ¿Y si...? ¿Y si...?
Tu vida es un regalo. Acéptala. Por muy desastrosa o lamentable que te parezca. Algunas cosas pasarán como si te las reservara el destino. Como si estuvieran predestinadas."
Meredith Grey.
Capítulo 14. Todo lo que necesitas es amar.
"Hay momentos de nuestra vida en los que el amor lo vence todo: el cansancio, la falta de sueño, cualquier cosa. Y hay otros momentos en los que el amor sólo nos da sufrimiento.
Buscamos el modo de aplacar el dolor. A veces, aplacamos el dolor sacando lo mejor que tenemos. O dejándonos llevar por el momento. A veces, lo único que necesitamos para aplacar el dolor es darnos una tregua."
Meredith Grey.
Capítulo 15. Me has visto últimamente.
"Cuando lo has probado todo y la jaqueca no remite, no dejas de toser y no baja la inflamación, acudes a un profesional. Como cirujanos pasamos años mejorando las técnicas de percepción que nos permiten detectar el problema. El problema es que, a veces, el tiempo que pasamos mejorando las técnicas de percepción puede acabar restringiendo el criterio de una persona. ¿Y cómo discutes con alguien que tiene a la ciencia de su parte?
Quizá no nos guste, pero es importante parar de vez en cuando, salir de nuestra cabeza y mirar alrededor. Darte cuenta de que tu perspectiva era equivocada puede hasta liberarte. De pronto, ves un nuevo potencial, nuevas posibilidades, que si no, no habrías visto. Todo eso está bien cuando una situación desesperada tiene buenas perspectivas, pero, por desgracia, a veces, sucede lo contrario."
Meredith Grey.
Capítulo 16. Si tan sólo se sentían solos.
"A los cirujanos nos enseñan a consultarnos entre nosotros, a contrastar opiniones. Animamos a los pacientes a que pidan segundas opiniones. Pero, ¿para qué pedir otra opinión si tienes razón? Porque si somos sinceros, los cirujanos se parecen a los cowboys: vamos por nuestra cuenta.
Puedes pedir consejo a los demás, rodearte de gente de confianza. Pero, al final, la decisión es tuya, sólo tuya. Cuando llega el momento de actuar y estás solo, entre la espada y la pared, la única voz que importa es la de tu cabeza. La que dice eso que seguramente ya sabías, la que casi siempre tiene razón."
Meredith Grey.
Capítulo 17. Un paso demasiado lejos.
"Nos enseñan a estar alerta, a dar con la causa del dilema, a hacer las preguntas adecuadas, a hallar la raíz del problema, hasta que sabemos lo que ocurre y podemos afrontarlo. Hay que ser muy prudente, o podríamos precipitarnos creando problemas donde no los hay.
Nuestras intenciones son siempre puras, queremos hacer lo correcto. Pero también deseamos extralimitarnos. Corremos el peligro de llevar las cosas demasiado lejos. Nos dicen que no causemos daño, mientras nos enseñan a abrir con cuchillos. Así que hacemos cosas, cuando debimos no haberlas hecho. Porque cuando no hay problemas nos cuesta admitirlo, no hacer nada, antes de empeorarlo, antes de causar un daño terrible."
Meredith Grey.
Capítulo 18. El león duerme esta noche.
"En el quirófano, solemos decir: 'No domestiques a un león'. Significa que, aunque un tumor parezca inofensivo o pequeño, o tenga unos márgenes perfectos, es un tumor, es peligroso y puede morder.
Todos oímos advertencias que ignoramos, desafiamos a la suerte, nos la jugamos, jugamos con fuego. Es la naturaleza humana: si nos dicen que no toquemos algo, lo tocamos. Aunque sepamos que no debemos. Quizá porque, en el fondo, buscamos problemas."
Meredith Grey.
Capítulo 19. Sistema de apoyo.
"De niños estudiábamos el cuerpo humano, que los huesos se unen a los músculos, y el músculo está unido a la piel. En la Facultad de Medicina, se complica todo un poco. Aun así, todo es cierto, todo está unido. Los huesos están unidos a los músculos, los músculos a la piel, y si quitas una de las partes, el resto se desmorona.
El cuerpo humano se compone de órganos que lo mantienen vivo: uno nos ayuda a respirar, otro nos mantiene en pie, otro nos da hambre, y otro nos hace felices. Están conectados. Si eliminas uno, todo lo demás se desmorona. Y sólo cuando parece que nuestro sistema de apoyo va a fallarnos, nos damos cuenta de cuánto dependíamos de ellos."
Meredith Grey.
Capítulo 20. La chica sin nombre.
"Cuando somos niños queremos que todo se quede como está: el mismo maestro, la misma casa, los mismos amigos. Cuando eres cirujano, te pasa igual. Te acostumbras a los mismos especialistas, las mismas enfermeras, el mismo hospital. Claro que todo cambia al llegar al quinto año, y debes buscar un nuevo empleo.
La gente dice que no puedes avanzar si no dejas atrás el pasado. Dejar atrás las cosas es fácil, lo difícil es cambiar de vida. Así que, a veces, nos negamos. Intentamos que todo siga igual. Pero todo no puede ser como siempre. En algún momento, debes hacerlo. Pasar página. Por muy doloroso que sea, es el único modo de crecer."
Meredith Grey.
Capítulo 21. El momento de la verdad.
"Imagínate que has estado tus cinco años de residencia practicando para ser cirujano. Pero esos años, de pronto, no importan. Lo único que importa, lo que te separa del resto de tu carrera, es un examen oral, en un hotel al azar, en una ciudad al azar, con un examinador al azar que te pregunta al azar: '¿Nervioso? Deberías estarlo'.
La guardería, el colegio, el instituto, la facultad, la residencia: todo conduce a esto. Algunos se hunden con la presión, a otros les motiva. Sea como sea, no hay nada más que hacer, se acabó estudiar, se acabó prepararse. Nos guste o no, la hora ha llegado. Lo único que te queda es presentarte."
Meredith Grey.
Capítulo 22. Deja los malos días rodar.
"Carpe diem. ¿No es un rollo el carpe diem? ¿Cómo vas a planificar una vida, una carrera, una familia, si siempre estás viviendo el momento? Si todos disfrutáramos cada momento de cada día, no habría médicos. ¿Quién aguantaría la carrera? Estaríamos muy ocupados viviendo el momento. Signifique lo que signifique.
Los romanos tienen parte de razón: hay que vivir la vida. Vivir significa que cada mañana al despertar debes elegir, entre aprovechar lo que la vida te ofrece en el momento y seguir adelante, llueve o truene, o cerrar las cortinas y no dejar entrar la luz."
Meredith Grey.
Capítulo 23. Migración.
"Hay unas aves. Se parecen a las golondrinas, creo. En septiembre, se van del lluvioso Seattle para pasar el invierno en México. No son tontas. Y todos los años una muchedumbre viene a Seattle a beber cerveza y verlas emprender el vuelo. Lo llaman la gran migración.
No sé cómo lo hacen esas aves: viajar a miles de kilómetros sin perderse, sin estamparse contra las ventanas o sin que se las coman los gatos. Pero cada primavera, vuelven, supongo que a lo conocido. La gente dice que es bonito verlas marcharse. Dicen que puedes ver el momento en que al oír una misteriosa señal, todas juntas deciden emprender el vuelo. Quizá me lo haya perdido. No importa, siempre queda el año que viene."
Meredith Grey.
Capítulo 24. Vuelo.
"Nuestros años como residentes serán los mejores y los peores de nuestras vidas. Rebasaremos nuestros límites. Aquí, empezamos, ésta es la línea de salida. La victoria depende de nosotros."
Meredith Grey.
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